viernes, 18 de mayo de 2012

EDAD MEDIA.

Durante toda la Edad Media cristiana y el Renacimiento, el paisaje se concibe como una obra divina y su representación hace referencia a su Creador. En la pintura occidental, la representación realista del paisaje comenzó dentro de las obras religiosas del siglo XIII. Hasta entonces, las representaciones de la naturaleza en el arte pictórico había sido arquitípica: lineas onduladas para el agua o festones para las nubes. fue Giotto el primero que, abandonando los precedentes modelos bizantinos, sustituyo el fondo dorado de las imágenes sagradas por escenarios de la realidad. aunque autores como Boccaccio alabaron al realismo de Giotto, lo cierto es que no dejaban de ser muchas veces representaciones simples: un árbol representaba un bosque, una roca una montaña. poco a poco, a lo largo de la baja Edad Media, la atención a esos retazos de naturaleza que aparecían en las escenas sagradas o miticas fue ampliándose, pero su carácter secundario lo revela el hecho de que muchas veces se dejaba a ayudantes, como ocurre en la Asunción florentina de Fra Angélico.  Dentro del estilo italo-gótico, Ambrogio Lorenzetti supero la representación tipográfica para crear auténticos paisajes dentro de sus alegorías del Buen  y del Mal Gobierno en el Palacio Comunal de Siena, al estudiar las horas del día y las estaciones. La pintura gótico-flamenca se caracteriza por su "realismo en los detalles", conseguido en gran medida gracias a la nueva técnica de la pintura al oleo; entre los aspectos a los que se presto mas a atención y realismo estuvo el paisaje, tanto natural como urbano. Cabe citar, a este respecto, el plano del fondo de la Virgen del Canciller Rolin, autentico paisaje en el que se detalla un jardín, mas  allá de él un rió y a los lados una ciudad contemporánea. 







  

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